De entre los diversos creadores que intervienen en una película, tal vez el compositor de la banda sonora original sea el más misterioso para el gran público. Javier Del Santo será el encargado de crear, a partir del guión de Helena Montesinos y bajo la dirección de Pedro Del Santo, la música que acompañará las diferentes escenas del metraje de Chicas Paranoicas.
Decimos que es tal vez el más misterioso porque el trabajo de Javier tiene algo de magia: ha de recrear en su imaginación escenas que no ha visto y, sólo a partir del texto, componer la música más adecuada para cada momento de la historia. ¿No es un poco increíble que al final todo encaje?
Os vamos a presentar a Javier del Santo de una forma un poco especial. A través de una entrevista imaginaria, vamos a desgranar diferentes aspectos de su trayectoria y de su personalidad para que podáis meteros por un momento en la piel de nuestro compositor de cámara. Coincidiendo con la presentación de su nuevo disco titulado “Imagínate”, también ahondamos en las obras que contiene esta interesante obra instrumental.
Empezamos.
P: ¿Así que, ha dejado usted la abogacía para dedicarse a la música? Es lo que me han dicho. No es algo muy habitual y, menos, en estos tiempos de crisis donde, además, la industria musical está sufriendo la mayor de su historia.
Javier: Es un compromiso personal. Cumplir con una historia personal. La mía. Eso no significa que, en todos estos años, me desligara de la música. Hice cosas. Pero si, cierro una etapa profesional y personal. Y eso me hace feliz. Sé que hay crisis, pero también son buenos tiempos para cambiar y crear mentalidades nuevas en todo. Rejuvenece. Hay que renovarse y que entre aire fresco por todos lados.
P: Y, si no es indiscreción ¿a qué especialidad dedicaba usted su tiempo cuando era abogado?
Javier: A la propiedad industrial. A todo eso de las patentes y marcas. Inventos e inventores.
P: ¿Inventores? Eso me recuerda a todo aquello de que “inventen ellos”. ¿Hay buenos inventores en España?
Javier: Sí, ya lo creo. Pero no todos los inventos ven la luz. De hecho, la mayoría de ellos no lo hace. Es algo muy complejo. Pero son admirables en su mayoría y una de esas partes de nuestra sociedad que está bastante abandonada. La gente no sabe los esfuerzos que tienen que hacer, personales, jugándose muchas veces sus ahorros y patrimonio para sacar adelante su idea. Patentes, ferias, inversión…. La mayoría de ellos acaban teniendo problemas serios y financieros. Como le digo, es un mundo muy complejo donde deben de coincidir muchos factores y que éstos sean favorables. Y, además, hay ya intereses creados que, muchas veces, perjudican la salida de un nuevo invento o producto.
P: Volviendo a la música: háblenos un poco de usted como músico. ¿Qué historial tiene?
Javier: Pues podría decirle que pertenezco a la época de la famosa movida en Madrid. Todos andamos por la misma edad. Con uno de los grupos que monté por aquellos tiempos, compartíamos local de ensayo con Los Secretos. Éramos amigos y coincidíamos muchas veces en todos aquellos locales de moda en Madrid. Muchos de aquellos músicos y grupos nos conocíamos y nos veíamos a menudo.
P: ¿Y qué paso? Escuchando su disco es evidente que usted es un buen músico y ha compuesto todos los temas del disco. Parece lógico pensar que usted podría haber sido uno de aquellos que llegaron a la fama y ser conocido en el panorama musical de entonces.
Javier: Si, esa era mi aspiración. Y la cosa iba bien. Hasta hubo un mánager que se pasó por nuestro local de ensayo y quería ficharnos. Pero el problema fue que los otros componentes del grupo tocaban para divertirse, como hobby, pero no era su intención dedicarse a la música ni jugarse la piel en ello. Así que, de repente, me vi bastante solo, compuesto y sin novia, y no sabía qué hacer. Yo era entonces muy joven y debía de estar bastante confundido con muchas cosas. Recordando ahora aquello, creo que me quedé algo descolocado. Por no hablar de la mili, un poco antes, que partía por la mitad muchos proyectos.
P: ¿Y qué hizo?
Javier: Pues después de aquello y algunos tumbos, tuve un accidente de coche muy serio. Un tumbo total. Uno de esos de siniestro total. Por suerte, conseguí recuperarme después de varios meses y tres operaciones, y volví a replantearme todo. Tengo una buena cicatriz en la pierna derecha. Heridas de guerra. ☺
Tras el accidente vi claramente que, en la vida, uno tiene que dedicar su tiempo a lo que ama. Y conocí a una chica. Un regalo. Ella me animó a que grabara lo que componía. Y contacté con un estudio de grabación en la calle Téllez de Madrid. Y allí estaba Félix Arribas, el conocido batería de los Pekenikes. Grabé una serie de temas instrumentales en su estudio y luego envié la maqueta a Fernando García Tola, para aquel programa de “Si yo fuera presidente”.
P: Y qué paso?
Javier: Pues que me llamaron del programa, porque les gustó mucho. Y me invitaron a participar en uno de sus programas.
P: A eso se le lama llegar y besar el santo…
Javier: Pues sí. A Tola le encantó mi música. Actué en su programa, grabando en directo, que se emitió un 2 de mayo de 1984. Y compartí escenario con Serrat. Durante años guardé el pase a TVE, en Prado del Rey, de aquel día. Hace tiempo que aquel papelito y yo no hemos vuelto a vernos. No sé dónde estará. ☺
P: Y qué sucedió tras aquello?
Javier: Me había casado hace poco con aquella chica. Nos enamoramos como dos tortolitos. Como nos fuimos a vivir juntos y la cosa estaba apretada, y Tola no volvía a llamarme ni tenía grupo, me plantee terminar la carrera de Derecho. En aquellos tiempos yo consideraba que, o eras músico o eras abogado. Pero no las dos cosas. Hoy en día habría tomado otra decisión, pero entonces, aposté por lo del Derecho, pensando que era la decisión correcta. Poco después, Tola volvió a llamarme para ofrecerme actuar repetidamente en su programa de TV y me ofreció la dirección artístico/musical. Le expliqué la decisión que estaba tomando y, al final, después de pensarlo mucho, le dije que no. Tola flipó lo que no está escrito, como es lógico. Le estoy muy agradecido por aquella oportunidad. Que descanse en paz.
P: Y nunca se arrepintió de aquella decisión?
Javier: Sí, muchas veces me arrepentí de aquello. Recuerdo que, cuando estaba meditando sobre todo eso, me decía a mí mismo: decidas lo que decidas, la joderás. ☺
Y hay una anécdota curiosa: cuando a Tola le dije que no, llamó a Joaquín Sabina. Si la gente recuerda, fue a partir de ahí que Sabina subió y se dio a conocer a nivel nacional. Fue su disparadero. Y algunas veces que se le ha preguntado a Sabina sobre eso, es decir, cómo es que Tola le llamó, Sabina siempre contesta lo mismo: “Tola me dijo que le había fallado alguien a última hora”. Bueno, pues ese alguien era yo.
P: Y ¿qué cara se le queda a usted cuando escucha esas cosas?
Javier: Pues la vida es un misterio. Quién sabe qué habría pasado si hubiera tomado la decisión contraria. Todo tiene utilidad y, aunque para mí, en realidad, el ejercicio de la abogacía ha sido parte de un martirio, en sentido metafórico, y como le ocurre a cualquier artista que encierras en una oficina, lo cierto es que, a pesar de todo, intenté disfrutar siempre lo más posible de todo ello y hacerlo bien. Y he podido ayudar a mucha gente que lo necesitaba. Ser abogado, médico o cura tiene una connotación especial y personal. Y más vale que des con uno bueno en cualquiera de esas tres profesiones.
Y me alegro por Sabina. Se lo merecía, desde luego. Gracias a eso, todos hemos podido disfrutar de su talento.
P: Háblenos de su disco. Es un disco instrumental. ¿No compone usted canciones o no le gusta el pop o el rock?
Javier: Sí, es instrumental. Claro que me gusta el pop, el rock y, casi todo tipo de música. Lo que es bueno, es bueno siempre. Y sí, compongo también canciones. Pero ya hay miles de grupos y artistas que hacen todo eso muy bien. Yo hice ya mucho rock, R&B y otras muchas cosas. Pero quería aportar algo diferente, y la música del disco es un tipo de música que me ha gustado componer siempre. Es como una raíz interior y profunda. Es muy cinematográfica, de imágenes, emociones, como un camino por lugares diferentes. Y, en mi opinión, también es muy distinta a cualquier otro disco instrumental de los que salen al mercado. Y natural, grabado en directo en estudio en la mayoría de los temas, que complica más la producción.
P: Sí, en efecto. En su disco aparecen distintos estilos. Hay música clásica, hay algo de jazz, blues, música centroeuropea, raíces …..
Javier: Sí. Hay influencias de la música que me ha gustado siempre, y de distintas fuentes. Aun así, creo haber conseguido unir todo ese material y hacerlo uniforme, como un camino o paseo por el campo, o, en este caso, por el recuerdo y las emociones. Soy yo caminando, o es usted caminando. Cada uno tendrá su propia reacción y verá el paisaje según su formación personal interior y recuerdos. Nadie ve el mismo paisaje de la misma manera.
P: Y relaja. ¿Es un disco para escuchar o también tiene idea de presentarlo en directo?
Javier: Por supuesto. No creo que sea un disco para presentar como hace una banda convencional de rock, pop, o flamenca. Pero tiene muchas oportunidades para el directo. Como también escribo poesía, quiero mezclar la música en directo con algunos textos poéticos, no sólo míos, y algo de danza, intentando representar más que presentar mi música. Un espectáculo visual y natural, unido a las raíces más básicas de nuestra cultura. Una pequeña fiesta personal, donde puedan participar de ella todos los presentes y tengan una emoción diferente a lo que suele ser una presentación típica en un concierto. Todo es útil, si sirve para conmover o divertir.
P: Interesante. ¿Y tiene usted ya prevista alguna fecha de presentación del disco? Porque está calentito, recién salido del horno.
Javier: Estoy en ello. Quisiera presentarlo en Madrid y Barcelona. Y, luego, a ver cómo se presentan más opciones de directos. Hay distintos instrumentos, de forma que, una misma formación de 4 o 5 músicos, que es lo habitual, no puede tocar todos los temas del disco. Hay sección de cuerdas, percusión, viento y hasta una armónica en el último tema del disco. Al menos necesito 6 o 7 músicos, algunos de ellos multi-instrumentistas. Pero todo se andará. Y montar la coreografía. Como le digo, estoy en ello. Hay ya bastantes personas amigas y profesionales en esos campos que están encantados de colaborar en este proyecto e ilusionados. Pero, ya sabe: papel en blanco y lápiz. Estoy en esa etapa ahora. Cerca de la tormenta. Y salen ideas, algún relámpago.
P: Avísenos!
Javier: Si, por supuesto.
P: decía usted antes que, aunque se dedicaba a la abogacía, había hecho algunas cosas de música en ese tiempo. ¿Cuáles?
Javier: Era imposible que, a pesar de mi profesión de abogado y todo el empeño que acarrea, me olvidara de la música. De hecho, ella me ha salvado en todo ese tiempo. Siempre había un piano en casa y, de vez en cuando, grababa algo, montaba algún grupo esporádico con viejos amigos y daba algunos bolos, seguía componiendo canciones y temas etc… Viví en México durante un tiempo y contacté con varios artistas de allá, y en España colaboré con algún que otro proyecto, algún tema mío ha sonado en TV y radio, algunas entrevistas….. pero nada serio y definitivo. Eran como pequeñas pinceladas y anécdotas que, eso sí, me daban aire y fuerzas para seguir en la brecha. Para que recordara, para no olvidarme.
P: ¿Cuál cree que es el público para escuchar su disco?
Javier: Creo que cualquier buen aficionado a la música sabrá apreciarlo. Lo más lógico es que personas de cierta formación personal en lo artístico, con intereses en conocer cosas diferentes, escuchen el disco. Pero no puedo dividir a unos y a otros. El público siempre sorprende. Para todos ellos hice este disco. Para disfrutarlo. Por lo que voy viendo, gusta a todo el mundo, y, a cada cual, unos temas más que otros, según los gustos de cada uno. Eso para mí es muy bueno y reconfortante.
Tengo una anécdota reciente: gente de una productora de cine vino a mi casa en Madrid para rodar unas escenas de exteriores. Aprovechando la ocasión, les regalé un par de Cd´S, ya que una de mis aspiraciones es poder componer la música para alguna película. Y así, que gente de esa productora tuviera el disco. Porque nunca se sabe. Resulta que, uno de los directores de producción, escuchó el disco en la oficina y le encantó, y lo lleva puesto en el coche todo el rato. Dice que le relaja. Asique, ya ve: siempre existe la posibilidad para todo.
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Fotos: Alejandro Peña